20. Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas,
21. y deseando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
22. Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.