33. Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas;
34. pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.
35. Y el que lo vio, da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.