30. y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es necesario que yo haga para ser salvo?
31. Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús, el Cristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32. Y le hablaron la Palabra del Señor, y a todos los que estaban en su casa.
33. Y tomándolos él en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
34. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se gozó de que con toda su casa había creído a Dios.
35. Cuando fue de día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir a aquellos hombres.