26. ¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de las iniquidades de mi juventud?
27. Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, imprimiéndolo a las raíces de mis pies.
28. Siendo el hombre como carcoma que se va gastando, como vestido que se come de polilla.