11. Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y las ojeaba Abram.
12. Y fue que poniéndose el sol cayó sueño sobre Abram, y he aquí que un temor, una oscuridad grande cayó sobre él.
13. Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años.
14. Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza.